Han pasado unos días desde la última vez que escribí, pero es que soy un hámster muy ocupado. Bueno, no, un hámster no. Dejemos la farsa. Nunca he sido un hámster. Soy una hamsterina. ¿No se me ve en la cara? Je, Je, Je, ¡Os he pillado! Os tenía a todos engañaditos.
En estos días, Eva me ha roto la rueda (y ya me la han arreglado, menos mal), y he empezado a corretear por la casa con esta gran bola de diseño. Es muy divertido, aunque aún no la controlo bien, y me voy chocando contra diestro y siniestro. Y a veces me paso de velocidad, y doy vueltas de campana...
Me han intentado hacer probar el pollo asado (Puaj), y las almendras (¡Riquísimas!). También he probado las castañas.
Mmm... ¿Qué más? Bueno, insinúan que me estoy poniendo un poco gordi, pero solo lo dicen las malas lenguas, no es verdad. ¡Soy músculo!¡Cuidaos mucho personitas! Un abrazo de patas cortas.
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